lunes, 17 de marzo de 2008

La Precariedad Laboral y su Incidencia en las Políticas Sociales de la V República: Una Mirada Especial a las Misiones:

En nuestro país, la lucha por mejoras laborales ha sido la constante en la vida democrática, pese a los diversos problemas existentes las garantías logradas, si se contrastan con la realidad, son mínimas, en primer lugar por los desaciertos en cada uno de los programas de gobierno imprentados por los gobierno de turno.

Esta realidad, es igualmente observada en la mayor parte de los países de América Latina desde el último cuarto de siglo XX, donde ha existido una preocupación por el crecimiento de la “economía informal”, de “mercado negro” o “no cubierta”. Algunas cifras reflejan que la informalidad ha aumentado considerablemente aunque con niveles relativamente bajos en comparación a las tasas de crecimiento económico. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2002:160).

En este sentido, la precarización laboral observada en la región, abarca formas de inserción/relación laboral disímiles y heterogéneas caracterizado desde un aspecto económico jurídico por empleos de bajos ingresos, con reducción del salario o de horas de trabajo y reducción o pérdida de beneficios sociales adquiridos. En el último reporte de la OIT en el año 2002 sobre el sector informal, describen que sólo el 20 por ciento de todos los trabajadores mundiales tienen verdaderamente una protección social adecuada y más de la mitad de los trabajadores mundiales y sus dependientes son excluidos de algún tipo de protección de la seguridad social formal (CISS, 2005:46).

Dentro del nuevo paradigma de gobierno las medidas implementadas por este para la inclusión socia, versa en una serie de programas sociales en donde se pretende insertar a la mayoría de los actores sociales que han sido excluidos del proceso democrático. En la implementación de estos programas se da inicio a una serie de Misiones mediante las cuales el gobierno trata de cambias el modelo económico neoliberal por uno de carácter más social, en donde se incorporen a todos los ciudadanos en el proceso de desarrollo productivo del país.
Mediante dos variables desarrollo endógeno y sustentable, a través de la formación de ciudadanos acordes con el desarrollo integral que se ratifica en nuestra carta magna, para lograr de esta forma una mejora sustancial en la calidad de vida de estos.
Sin embargo este tipo de medidas ha creado en los sectores opositores al poder, una serie de comentarios altisonantes, debido al carácter ideológico, que presentan la mayoría de las misiones, implementadas por el gobierno nacional, en este caso, se ha podido observar que las misiones son un paliativo que vistas desde el punto de la teoría estructural funcionalista, no generan fuentes de empleo sino, que representan una carga desde el punto de vista presupuestario, pues si bien es cierto, que han insertado infinidad de excluidos, la realidad es que dentro del aparato productivo del país, no representan ganancia alguna, para menguar las múltiples necesidades que afrontemos en los actuales momentos.
En un principio las misiones fueron las banderas de un proceso, que dentro de la sociedad venezolana no ha terminado de encajar debido a los factores de carácter político inmersos en los distintos programas de incursión social. Por lo tanto las misiones no resultan la solución a los problemas de desempleo existentes en Venezuela, ya que si no se abren fuentes de trabajo, estamos condenados a zozobrar en aras de un proceso, sin rumbo claro.

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